domingo, 10 de julio de 2011

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Este capítulo no tiene nada de especial, pero bueno, en los siguientes se anima más la cosa(; Gracias por leer, y a las que no os importe, recomendarme please:) <3


Toqué al timbre y al contestar saludé a la camarita de este, en ese momento la puerta metálica situada al lado del entrada de los coches se abrió. Atravesé el jardín delantero, subí las 4 escaleritas y empujé la puerta que la persona que me había abierto debía haber dejado entornada. Al entrar pegué un grito:
-       Hola a todos- no, nadie de mi familia me contestó, sosos – voy a dejar la mochila.
Subí las escaleras que daban a la segunda planta, giré a la derecha y allí estaba, el letrerito de mi puerta: “Juliette” y al lado el dibujito de unas zapatillas de ballet que yo misma había dibujado. Giré la manivela y abrí la puerta, dejé la mochila y bajé a la cocina. Eran las 2:50, mi madre y mi hermana ya habían terminado de comer y mi padre siempre comía en el trabajo. Tenía un plato de puré y un filete de pescado, también había una nota, era la letra de mi madre, y decía:
“Cariño me duele la cabeza y me he echado a la siesta, tu hermana también despiértame a las 4.
Pd: Te quiero mucho.”
Deje la nota encima de la mesa y empecé a comer el congelado y asqueroso puré. Siempre he comido suficiente, demasiado de hecho, pero desde hacía 3 meses, 5 días y… miré mi reloj Dolce & Gabbana, y 19 horas, mi apetito y mi sonrisa habían cambiado. Probé dos cucharadas de puré, y me comí el filete, luego lo dejé en el lavavajillas y me subí a mi habitación. Encendí el ordenador portátil y me tumbé en la cama con él. Para variar me metí en el Twitter, Juliette Valois, eran las 3:20, 3:45, 4:00. Fui a despertar a mi madre de la siesta:
-       Mamá, son las cuatro, arriba.
El sonido de mi nuevo Iphone4, me hizo correr hasta mi dormitorio hasta coger el móvil que tenía sobre la mesita. “Gabrielle”.

*Conversación telefónica*

-Dime guapita.
-Nada, que me aburro.
 Oye, ¿qué vamos a hacer?
-Hemos quedado todas para tomar una cervecita a las siete en Le Vendredi, y después nos vamos a cenar, en plan arregladas y eso…
-¿Y nadie me iba a informar?
-Se supone que te lo dije el miércoles.
-Jajajaja que empanada. A las seis y media en mi casa, ¿vale?
-Vale. Te quiero.
-Y yo.
*Cierre de conexión telefónica*
Dejé el móvil en la mesita y cogí otra vez el portátil. 17:00, 17:20. Apagué el ordenador y lo dejé encima de la cama. Le pegué un fuerte chillido a mi madre:” Me voy a ducharme”. Abrí mi vestidor y entre en el, cogí unas bragas, Hello Kitty rojas y un sujetador blanco y rosa claro. Entré en el baño que estaba dentro de mi habitación, encendí el calefactor y dejé las bragas y el sujetador sobre un pequeño mueblecito blanco. Me metí en la ducha, el agua debía de estar a 100 grados, pero me relajaba. Champú, aclarar, más champú, más aclarar, mascarilla y gel y el último aclare. Salí de la ducha y cogí una toalla, me la enrollé por el cuerpo que temblaba de frío a pesar del calefactor y de los 100 grados del agua, luego cogí una toalla más pequeña y me la enrollé por la cabeza cómo solo las mujeres sabemos hacer. Me sequé, me peiné, me eche desodorante, me sequé el pelo y me vestí. Me puse unos Miss Sixty muy pitillo, con un bordado en los bolsillos traseros , una camiseta tipo marinera blanca con rayas azul marino, una chaqueta de LIU-JO toda de lentejuelas azules y unos zapatos de Killah azul eléctrico de ante. Cogí un bolso Louis Vuitton, no demasiado arreglado, hecho como de retales, azules, botones de colores y plumas también azules.
Bajé abajo dónde me esperaba Gabri, llevaba una camiseta tipo camisa roja, de manga corta y estas anchas y cómo caídas, llevaba mucho escote y era muy entallada, por cierto, era mía, también llevaba unos vaqueros pitillo y unos zapatos con plataforma rojos.
-       ¿Vamos?- me dijo.
-       Por supuesto.

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