sábado, 2 de julio de 2011

2

Julie salió del baño, cabizbaja, parecía más tranquila y serena, sé que no lo estaba. Hizo lo mismo que yo, se apoyó en el lavabo, se miró en el espejo y suspiró. Se lavó la cara intentando hacer desaparecer el rímel de su cara, lo consiguió, pero no consiguió quitar la tristeza de sus ojos. Se secó la cara con el jersey del uniforme, sacó una goma morada de puntitos blancos de entre todas sus pulseras, cada cual más bonita, y se recogió su larga, sedosa y rubia melena en una coleta que más tarde pasaría a ser un moño.
-       No me apetece volver a clase- me dijo con la voz más tranquila que le había oído desde que huyó de clase.
-       Entonces, ¿dónde vamos?- le pregunté.
-       No sé, necesito un cigarro- contestó.
-       Pues con el control que hay en este puto colegio, cómo no te vuelvas a encerrar en esa mierda de baño, va a ser imposible.
-       No, no me vuelvo a meter hay, ni drogada, no sé, vamos al césped de detrás del gimnasio, llámame fumata, pero necesito un cigarro.
Corrimos por los pasillos, cómo niñas pequeñas, esquivando a los múltiples profesores, conseguimos salir de esa cárcel, cuando llegamos al césped de detrás del gimnasio, este todavía seguía mojado, supongo que por motivos de jardinería y aspersores. Cuando llegamos a nuestro rincón preferido, me dejé caer sobre el césped mojado, mi falda se mojó levemente, y esta se traspasó a mis bragas, produciendo me una pequeña “congelación trasera”. A pesar de los múltiples árboles, en aquel rinconcito daba un sol muy intenso. Me quité el jersey de lana del uniforme, que junto con el sol me producían mucho calor, lo hice una bola y lo coloqué en el césped usándolo de almohada para poder tumbarme. Juliette se tumbó apoyando su cabeza en mi barriga, perecía más relajada. Empezamos a hablar y a reír, ambas estábamos relajadas.
Julie se incorporó y se sentó cruzando las piernas.
-       Voy a fumarme un cigarrito – me dijo mientras me mostraba su blanca dentadura y me guiñaba un ojo.
-       ¿Puedo acompañarte?
-       Pues no – me contestó seria, luego se rió y dijo- claro, tonta.
Abrió el pequeño bolsito marrón que llevaba, y sacó un paquete de Malboro y un zippo con su nombre adosado, abrió el paquete de cigarros y me lo mostró ofreciéndome uno, cogí el tercero desde la izquierda, luego le cogí el mechero que ella misma había dejado sobre su muslo, puse el cigarro entre mis labios, y giré la ruedecita estrellada del mechero, mientras el gas interior, se transformó en una llama, que al entrar en contacto con el Malboro, produciendo así una explosión de nicotina en mi boca.
-       Lo necesitaba- dije mientras veía a Julie hacer el mismo proceso que yo.
-       Yo también – dijo- fumatas que somos- dijo mientras reíamos al unísono.
El ruido del cambio de clase nos calló, nos quedamos mirándonos con cara de no quiero ir, pero quedaría demasiado falso quedarse otra hora ahí.
-       ¿Es necesario ir a clase?- me preguntó Julie.
-       Sí- contesté asqueada.
Recogimos las colillas del césped, nadie podía enterarse de que habíamos estado allí fumando. Julie cogió su bolso, tirado por ahí, su mechero y su paquete de tabaco y los metió en el bolso. Me puse el jersey del uniforme y me incorporé. Julie estaba de pie, sonriente, me encantaba ver su perfecta sonrisa, además hacía demasiado tiempo que no se la veía.

1 comentario: